lunes, 26 de abril de 2010

El Plan Confianza es un acto de fe


Quince meses después de que el Consell de Francisco Camps aprobara el Plan de Apoyo a la Inversión en los Municipios dentro del Plan Confianza -un fondo local para obras por valor de 1.020 millones a realizar entre 2009 y 2010-, esta medida, más que generar "confianza", se ha convertido en una cuestión de fe.
La mayoría de obras, sobre todo las más importantes, sufren un retraso de gran importancia fruto de las dificultades de la tesorería del Consell. Sólo un dato refleja la lentitud con la que se despliega este ambicioso proyecto: hoy por hoy sólo se ha pagado a los ayuntamientos 134 millones de un fondo que dentro de un año debería tener terminadas y pagadas obras por valor de 1.020 millones. En términos relativos, supone un 13% del total, según los datos que facilitó la Generalitat en el último balance.
Y aunque el pago llega con retraso a los ayuntamientos, que se encargan de tramitar muchas obras, el ritmo de ejecución no es mucho mayor. Porque lo cierto es que pese a la avalancha de actos informativos y la sobrecarga de comunicados de prensa, la realidad del desarrollo del plan está completamente condicionada por los problemas económicos de la Generalitat.
Comentario, de hecho ahora mismo el ayuntamiento está licitando algunos de los proyectos, sin haberlos explicado antes a los vecinos y vecinas, "yo me lo guiso, yo me lo como", ¿llegará alguna de esas obras a tiempo de las elecciones?. Realmente son actos de fe.

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