martes, 26 de enero de 2016

Sagredo se quita la careta para apuntalar un proyecto, Puerto Mediterráneo, que pierde los pocos apoyos que le quedaban

Los promotores Arenere y Standford junto a Fabra y Lorenzo Agustí, padre del proyecto

Dicen que en política nada es gratis y según Sócrates las mentiras nunca viven hasta llegar a viejas

Estos dos aforismos se han demostrado estos días con la entrevista que "concedió" el periódico El Mundo al alcalde, Juan Antonio Sagredo. La segunda de las sentencias hace referencia a la obsesión de Sagredo por aparecer como neutral ante el conflicto generado por el deseo de una multinacional de implantar un macro-centro comercial en el término municipal de Paterna. Consciente que dicho proyecto no generaba simpatía entre los vecinos, Sagredo mantenía públicamente una postura ambigua respecto al proyecto especulativo aunque por detrás hacia todo lo posible por garantizar su implantación. De echo una de las primeras medidas que tomó com alcalde no fue iniciar políticas para paliar el paro de Paterna sino para garantizar el suministro de agua a la zona donde se pretendía instalar la multinacional británica.

Ahora, por fin, se quita la careta y aparece el auténtico Sagredo. El que nos ha estado queriendo esconder desde el inicio de la legislatura. Y lo hace a lo grande: con una entrevista a dos páginas en el diario madrileño El Mundo. "No van a poder paralizar la inversión de Puerto Mediterráneo" dice el alcalde de Paterna con menos respaldo popular y político de la historia de nuestro pueblo.
En la entrevista dice que el proyecto se ha encontrado con un obstáculo inesperado: el Conseller de Economia. En este punto es cuando Sagredo ignora consciente o inconscientemente a la ciudadanía de Paterna, que de forma constante le ha ido dejando bien claro que no quiere Puerto Mediterráneo. Lo hicieron los demás partidos políticos del consistorio, a excepción del PP, iniciadores del proyecto; continuaron las asociaciones de vecinos del pueblo, las ecologistas, las juveniles y, ahora, entra en el club de opositores al proyecto especulativo, Multipaterna, el último bastión de la defensa de Puerto Mediterráneo. Y Multipaterna entra a lo grande, denunciando primero claramente que de construirse este centro comercial destruiría la estructura económica de Paterna y poniendo de relieve las formas mafiosas de la promotora que no quiso ni atenderles cuando pidieron una reunión para romper sus vínculos con el proyecto.

Acción-reacción

Ante el desplante de la asociación mayoritaria de comerciantes de Paterna, la reacción de la empresa británica ha sido "conseguir" la entrevista a dos páginas en el periódico madrileño y cuadrar al alcalde: se acabaron las ambigüedades, ahora sales afuera y defiendes el proyecto sin reservas. Y Sagredo que tiene claro quien paga y quien manda, lo ha hecho. Las que llevamos años calentando sillas de redacción sabemos que en la prensa nada es casual ni gratis. ¿Qué interés podría tener El Mundo en entrevistar a un alcalde de tercera regional si no estuviera detrás una multinacional? ¿Cuanto podría costar un publi-reportaje de dos páginas en en periódico de tirada nacional? ¿Quién pagaría por él? Si contestamos acertadamente a estas preguntas, nos encontraremos con una respuesta global terrible: las grandes corporaciones están secuestrando la democracia. Demasiado a menudo nos encontramos con casos en que los grandes oligopolios compran las voluntades de los políticos para garantizar su volumen de negocio. Los políticos débiles suelen caer y son generosamente pagados al acabar su "servicio" púbico. Es lo que venimos llamando puertas giratorias y que a pequeña escala también se da en los municipios, y aquí en Paterna, por desgracia, tenemos más de un caso en el haber.
En su defensa a capa y espada de Puerto Mediterráneo Sagredo arremete contra Compromís, que parece haberse convertido en su bestia negra particular, porque parece ser, son los únicos que se oponen al proyecto. Aquí el señor alcalde también omite conscientemente la verdad. Sabe perfectamente que en un sector importante de su partido el proyecto no es bien visto, como demuestra el echo que se hayan aprobado mociones contra el proyecto británico en todos los municipios de la comarca y que estas mociones hayan contado con el voto favorable del PSOE y muchas veces incluso con el del PP.
En la entrevista entra en la rueda de la hipérbole exagerada al cuantificar los supuestos puestos de trabajo que generaría el proyecto, puestos de trabajo que se han ido multiplicando en la boca de Sagredo a medida que crecía la oposición ciudadana al proyecto y que, en el peor de los casos, acabaría destruyendo dos de cada ocupación nueva generada por Puerto Mediterráneo, según un estudio del periódico Levante, nada sospechoso de partidista en este caso.
Nada dice Sagredo de la falta de formación de los parados de Paterna ni de la necesidad de invertir en su formación para que puedan acceder a un puesto de trabajo. Tampoco parece destacable para el alcalde los altos indices de analfabetismo que arrastra el municipio, ni los problemas de desarraigo de la población, ni la falta de infraestructuras en los diferentes barrios ni las deficientes vías de comunicación entre los núcleos de población entre si y el centro, ni la marginación que padece Paterna por parte de las administraciones tanto provincial como autonómica, de las que el mejor ejemplo sería la falta de oficinas del Servef, con una población de desocupados de las más altas del país.
Para Sagredo el gran causante de todos los males es Compromís y la gran solución el proyecto especulativo de unos señores de las Islas Británicas. Mal vamos en Paterna.

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